Nunca me detuve a pensar en los pobres, en la gente que se mueren de hambre, o que son oprimidos.
Obviamente que siempre, cuando surgía el tema en alguna discusión, defendía los derechos de estos desprotegidos, pero -debo admitirlo- nunca me quitaron el sueño. Nunca me dolió su dolor.
Se que puede sonar egoísta o, porque no, un poco sorete, pero no lo estoy diciendo mal. Solamente que era algo que estaba lejos.
Desde que empezó a tomar forma la idea de tener un hijo esta relación con la miseria cambió.
Con el brote de gripe A. que hubo -que afectó a tan poca gente- y a la que se destinó -y destina- cantidades de dinero y de atención mundial, tanto por parte de los distintos gobiernos, como por los medios de prensa.
Y me duele, y me preocupa, y no puedo creer como las muertes de los pobres, de esos que nacieron para morir, pase de largo. Sea algo más de lo que trae este combo que llamamos vida.
No puedo creer como problemas que afectan a tanta gente, y de un modo tan dramático y urgente, no logre conmover a nadie.
Uno escucha historias policiales sobre robos, asesinatos, violaciones, Cromañón, Iraq, la Franja de Gaza y nos volvemos locos. Y todos los medios hablan y escriben de eso. Y todos los presidentes, y los ministros, y los políticos en general, se ocupan del tema.
Y ahora que se cayó este avión de mierda, todos somos no sólo expertos, sino también fanáticos y ávidos consumidores de información aeronáutica.
Y todos hablamos y opinamos sobre los miles de millones de dólares que habría que darle a General Motors, y si tendrían que ser 800 o 900 mil quintillones.
Cuba tiene uno de los índices de mortalidad infantil más bajos del mundo (menos que en Estados Unidos). De cada mil chicos que nacen, 7 se mueren.
En Zambia, de cada mil, serán 200 los que se morirán. Un 20 %. 1 de cada 5 chicos.
Y seamos realistas, no le importa a nadie. Entiendo que hay algunas organizaciones que se ocupan y preocupan por estos temas. Pero no son más numerosas, ni más poderosas, que las que se ocupan de salvar la capa de ozono, o al gato silvestre asiático.
Entonces no puedo más que pensar que todo esto se debe y se permite y se deja pasar porque los negros no son personas. La verdad es que no los consideramos como personas, como seres humanos. Son negros. Son de la National Geographic. Es normal, natural y está bien que les pasen estas cosas.
228 se murieron en el vuelo de Air France y parece una tragedia mundial.
No recuerdo si fue en un capítulo de los Simpsons o en qué otra serie en la que había habido un accidente y se había muerto una nenita que se llamaba Rose no se cuanto. Todos los medios fueron a cubrir la noticia y cuando sale la mamá (una latina) a hablar de su hija "Rosario", morochita, trigueña, todos los medios se fueron. No era noticia.
Y eso pasó con Maddie esa muñequita inglesa (u holandesa, no me acuerdo) que desaperció, con ese pelo rubio y esos ojazos celestes. Todo el mundo. Horas y horas de aire en los noticieros, la interpol, quilombos entre los gobiernos por la investigación de la policía portuguesa, litros y litros de tinta.
Porque una pendeja desapareció.
Sin tener que irnos a África, y sin tener que recurrir a los negros, podemos irnos acá nomás, a Jujuy, o a Misiones y vamos a ver montones de nenas que son compradas y vendidas, secuestradas, o alquiladas, prostituidas o violadas (principalmente en Misiones, porque son rubiecitas y/o de ojos claros), Y NO LE IMPORTA A NADIE.
Entonces... todo esto me dejó pensando