lunes, 12 de abril de 2010

A veces, pese a mi corta edad, me veo sorprendido por ciertos avances tecnológicos.
Quiero aclarar que esta entrada consistirá simplemente en la exposición de un pensamiento u observación que este humilde servidor tiene y/o efectúa sobre ciertos aspectos de la realidad que nos rodean.
Pero me deja pasmado como cada vez más las computadoras se vuelven parte esencial de nuestra vida. Y como esa necesidad, esa relación que cada uno mantiene con ese cúmulo de transistores juega un papel más y más preponderante.

Los dueños de las empresas, ni lerdos ni perezosos, pagan cuantiosas sumas de dinero para que alguien (o alguna computadora) analice toda nuestra vida, desde nuestra ubicación geográfica, hasta nuestra edad, pasando por nuestros gustos, nuestros hábitos alimenticios, deportivos, vacacionales, etc. Así, por ejemplo, si yo entro a la página del NY Times, la publicidad que va a aparecer, no es la misma que si entrara un yanqui. Tampoco si es hombre o mujer (quienes más utilizan la compu, claro está)
Aunque uno no se de cuenta, va dejando rastros, pistas que otros analizan y utilizan para su provecho.
Generalmente (y contrario al imaginario popular) no usan esa información para dañarnos, sino para romper un poco con publicidades de todo tipo y llenarnos la casilla de email con los viejos y conocidos SPAMS.

Por eso, quiero alzar mi voz y decirles a los Multinacionales hinchapelotas spameros que me llenan la casilla con publicidad: NO QUIERO ACHICARME EL PENE.
No insistan.

Desde ya, muchas gracias

martes, 6 de abril de 2010

como pito de diabético


Así estoy (aunque la precedente comparación no lo demuestre).

Antes de pasar al tema que nos ocupa (jódanse y ocúpense) voy a hacer un pequeño raconto de estos últimos tiempos en los que estuve ausente.

Quiero contarles que se puede vivir sin internet. Se ve que eso que yo hacía cuando era chico, allá por finales de los 70s y comienzos de los 80s, puede reproducirse en la actualidad.

Al principio es un poco raro, pero se puede.

Por fin vendí mi casa. Fue una sensación bastante rara por las particularidades que tenía la misma.

Era un loft muy concheto, con instalaciones muy conchetas... casi casi el sueño del pibe soltero. Y fue comprado en reemplazo del departamento aburrido, serio y húmedo que había comprado para casarme y ser un bajón de persona.
Así que, como podrán imaginarse, si a mi encanto y bellezas innatas le sumamos un loft con onda.... digamos que me divertí más que suficiente.

Hacía ya un poco más de un año y medio (647 días) que lo compartía con Dorta, así que la "despedida" ya la había hecho hacía tiempo ya.

Compré un PH y lo estamos tirando abajo (en realidad ya terminamos con esa parte) para reconstruirlo y convertirlo en un HOGAR. Más contento no puedo estar.
En pocos metros y dentro del ajustado presupuesto que manejamos, estamos armando un hogar ideal para mis gustos y necesidades, para las de Dorta y para las de Dortito.
Va a tener patios, talleres, estudios, bibliotecas, parrillas etcs.... (sáquenles casi todas las "S")

la mitad de nuestras cosas están en un hogar provisorio que estamos usurpando, y la otra mitad están en un depósito.

Dorta -pobre- no puede ocuparse de nada porque parece ser que Dortito va a pesar algo así como 34 kilos. Santa madre anda cargando su panza de acá para allá.

Así que, obviamente, todos estos trámites (a los que tengo que agregar el arreglo completo de mis abandonados dientes, la alimentación, los viajes en bondi por la pérdida de una cochera, el supermercado, el trabajo, el embalaje, la mudanza, el service del auto y otras cuantas cosas más) han recaído sobre este humilde servidor.

Sobraron tensiones en estos últimos meses y, como no podía ser de otra manera, a mi se me había ocurrido dejar de fumar. Por suerte no hubo recaída.

El pensar en Dortito, el sentirme padre, el querer cuidar también a la madre de mi hijo me dio una cuota de tranquilidad que desconocía.

Prácticamente no puteo más. Voy por la calle tranquilo. Ya casi no manejo y, en vez de putear por la comodidad que me faltó del aire acondicionado del auto, agradecí la paz de no tener que lidiar con el tránsito.

En vez de volverme loco y salir a comprarme un modem portátil para la compu, fui y me compré un agenda de papel (que jamás había podido usar).

Los problemas me refalan como chorizo en fuente de loza, pero no tengo una postura "pelotuda" al respecto. es decir... no me volví un Hare Krishna (o como se escriba) sino que, en forma totalmente natural, creo que mi "razonamiento" es que siempre es preferible 8000 kilombos en todas estas cuestiones de la vida, mientras que el embarazo, mi mujer y mi hijo estén bien.
Porque en la vida no puede ser toooooodo lindo. Y yo lo acepto, y soy feliz. Les diría que soy más feliz que nunca y, paradójicamente, tal vez tenga también más problemas que nunca. La cuestión es que no llegan ni a chuparme un huevo.

Como podrán darse cuenta por la redacción y demás cuestiones que ustedes los literatos manejan muy bien, esto es una suerte de catarsis. Tuve (como hacía mucho no tenía) un rato libre en el laburo y aproveché la conexión.

Seguramente haya más novedades en breve.