martes, 29 de septiembre de 2009

A veces uno lee o escucha a grossos, eminencias, personalidades destacadas (no importa en qué) y puede ver como, a lo largo de sus vidas, se fueron preparando, o fueron forjando su destino.
Escuché dos conferencias de uno de los creadores de Apple -Steve Jobs- y cada una a su manera, me marcaron.
En la primera de esas conferencias hablaba de que, a raíz de un cáncer que le habían descubierto -y que después remitiría- se había dado cuenta de que tenía que poner el práctica ese viejo dicho de "vive cada día como si fuera el último de tu vida, porque un día lo será".
Creo haber hecho una entrada en la que hablaba de esto.
La idea es que con un día, no pasa nada, pero si uno piensa qué hizo esta semana y encuentra muy pocas cosas lindas, buenas, placenteras, debería replantearse su vida.

En otra de las conferencias hablaba de esto de unir los puntos.
Imagino esas figuras de las revistas infantiles de los 80s que traían puntos y uno tenía que unirlos. Al hacerlo, veríamos una figura.

Cuando uno ve los puntos solos, no la llega a detectar a esta figura, pero cuando los empezás a unir, va tomando forma.

En la vida uno va haciendo un montón de cosas que parece que no tienen mucha importancia y, sin embargo, cuando pasa el tiempo, y unís esas cosas "colgadas" entre sí y con otras cosas no tan colgadas que pasaron en tu vida, te podés dar cuenta de que el futuro, el destino, no es azaroso, y que uno lo fue forjando día a día, con cada decisión, con cada acción, con cada omisión. Con cada acierto y cada fracaso.

Hace poco escribí sobre cómo y en qué condiciones (buenas) llegué a Dorta y a la posibilidad de vivir y disfrutar de la vida en pareja, de un amor sano, que suma...en fin... ya me explayé sobre esto.

Antes de Dorta hice una movida inmobiliaria un tanto arriesgada. Por suerte, dio resultados y hoy nos permite estar buscando un hogar con todas las letras.
Ya con Dorta, decidimos que era hora de conocer el mundo -o aunque sea una partecita- y así fue que nos embarcamos para ver el Viejo Mundo y la Capital del Nuevo.
El primer viaje fue más por ganas que otra cosa, pero ya el segundo fue sabiendo que tal vez era la última oportunidad de poder hacer un viaje de esas características.

Y así como en su momento me había "sacado las ganas" de estar con muchas minas, ahora nos habíamos "sacado las ganas" de viajar.

Después vino también la desaceleración del ritmo, de los gastos, de las exigencias, de la necesidad de bienes materiales.

Es impresionante como puedo ir uniendo muchas de las decisiones que tomé en mi vida, de los puntos que recorrí y ver que esto que estamos viviendo responde a una lógica, a un plan que llevé a cabo sin siquiera saber que lo estaba haciendo.
Que el destino, que todas las cosas que "vienen" que se dan, responden a algo, son consecuencia de algo.

Se ve que -más allá de algunas malas rachas- no he tenido tantos días o semanas malos y, aunque sin darme cuenta, fui forjando este presente.
Seguro que estaría bueno que todos los días o las semanas terminaran con saldo positivo, pero no tengo nada de qué quejarme cuando hago el balance no ya de un día o un mes, sino de la última década y veo un saldo tan positivo.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Fue mi primera vez.
No fue para nada como pensé que iba a ser.
Siempre lo había imaginado como un momento cargado de nervios, de miedos, de teorías apocalípticas sobre el futuro, sobre mi vida.
Y sin embargo -por suerte y por cuidadoso- nunca tuve que pasar por esa tortura.
Me imaginaba esos 5 o 10 minutos esperando atrás de la puerta de un baño cerrado.
Me imaginaba la reacción después de conocer el resultado, y en ningún caso pasaba algo lindo. Podría llegar a haber alivio o ganas de morirme, pero alegría, jamás.

Sin embargo llegó el día. Vino ese día en que al atraso se le sumó un sensación medio nauseosa que hicieron que saliéramos corriendo y compráramos un test.
Era la primera vez que compraba uno, que leía sus instrucciones, que me enteraba que dos líneas era algo bueno.
Sólo 10 minutos separaban la posibilidad de que mi vida se partiera en dos. De que hubiera un antes y un después.
Ya saben que me vengo preparando para este momento, pero uno nunca sabe bien para qué prepararse.
Una rayta sola = seguí participando.
Dos rayitas = pepe pepepepé.

Es la espera más rara de mi vida... mi cabeza da vueltas esperando que pase el último de esos 600 segundos, a ver si viene esa bendita segunda rayita

martes, 22 de septiembre de 2009

Hasta ahora los tenía acostumbrados a entradas concienzudas, muy elaboradas (algunas consumieron hasta media hora de mi tiempo). A veces contaba cosas del momento, otras, del pasado, tal vez alguna idea o proyecto aparecieron en estos lares y, por qué no decirlo, también hubo críticas, juicios de valor, peleas, entradas sarcásticas, belicosas, camorreras. En fin, de todo un poco.

A partir de ahora van a ver que este espacio se convertirá en una suerte de diario o bitácora de viaje. Claro que podrá colarse alguna huevada de las del estilo que acostumbro, pero principalmente, tendrán acceso a una parte más cruda, sin filtros o ediciones.
Las entradas que vendrán a partir de ahora serán un relato, un reflejo de lo que me vaya pasando.
Para ser totalmente honesto, las entradas tendrán un pequeño delay, porque si bien fueron escritas en "tiempo real" (es decir que si aparece una entrada en la que me puse en pedo, la habré escrito en ese momento, pero se va a publicar, ponele, una semana después).
Se que parece una boludez, pero tiene su explicación.

A los que quieran, los invito a meterse un poco

lunes, 14 de septiembre de 2009

Desde siempre me gustó el aire libre.
Siempre hice campamentos y eso me enseñó a conocer y cuidar la naturaleza.
No tiro papeles en la calle.
Estoy averiguando costos y beneficios de la instalación de paneles solares (para mi futuro hogar).
Resumiendo, me interesa y, mínimamente, me preocupo por preservar este planeta lo mejor posible.
No me gusta la cacería para tener trofeos -yo nunca cacé-.

Dicho eso, debo decir también que no me banco más a los ambientalistas/vegetarianos y apocalípticos verdes.
No voy a hablar de todos ellos, porque no son lo mismo unos que otros, pero en relación a estos últimos, no me banco que hablen desde una posición de especialistas, con datos científicos, estadísticos y demás, cuando en realidad los están tergiversando a lo pavote.

Muchas veces, el modo en que uno defiende una idea es la principal causa de que esa causa sea repudiada.
Me molestan las mentiras acerca del calentamiento global, y de la cantidad de especies que se van a extinguir, etc.
En primer lugar, estamos justo entre dos glaciaciones. Por lo tanto, es lógico que haya calentamiento global.
En segundo lugar, siempre, pero sin excepción, cuando quieren justificar la existencia y gravedad del "cambio climático" aprovechan un tsunami, un huracán, una tormenta, un día frío en verano, o un verano en junio. Pero siempre es la peor tormenta, o el día más caluroso desde... 1950, o 60, o lo que fuera.

Es decir, no es que tenemos datos de los últimos 500.000 años y entonces comparamos.
Entre glaciación y glaciación hay, más o menos, 250.000 años, así que imaginate qué poco representativos son los 50 o 100 años de los que tenemos registros.
100 años en la historia de la tierra es nada.

Y si todo se va al carajo, y se extinguen un montón de especies, que así sea. Otras nacerán. Millones y millones de especies se vienen extinguiendo desde que empezó la vida.
Y nosotros tendremos que adaptarnos -si sobrevivimos- y seguramente sobrevivirán pocos.
El otro día vi un programa que mostraba qué sería de la tierra si el hombre se extinguiera.
Para que no quedara rastro alguno de que habitamos este planeta, tenían que pasar como 50.000 años, pero en poco más de 500 ya no habría prácticamente huella nuestra.
Y volvemos a lo mismo, 500 años no es nada, y los 50.000 tampoco.

Entonces, ya sea por el hiv, la gripe a, la peste negra, la bubónica o lo que vaya a venir más adelante, la naturaleza se va a encargar de conservar el equilibrio.
Y a todos los idealistas verdes, que tanto la defienden, ténganle un poco de fe a la naturaleza, y bajen un poco la soberbia y el egocentrismo, y dejen de defender especies que están destinadas a morir. Su extinción le dará paso a la especie que sigue, y seguirán, mutarán o nacerán las especies que tenga que haber, cuando tenga que haberlas.

Por más que queramos creer que somos súper potentes, no somos nada en el ecosistema de la tierra y nuestras acciones no hacen más que perjudicarnos a nosotros mismos, pero en modo alguno ponen en jaque a nuestro planeta.
Todo mal con Green Peace, con Al Gore y con todos los ambientalistas. Porque me rompe las pelotas que desinformen de la manera en que lo hacen.
Porque decir la mitad de una verdad, es decir un mentira.
Entonces, apoyo el fin que persiguen, pero no me cabe eso de que el fin justifica los medios.

No es el planeta el que está en riesgo. Son algunas especies las que se verán perjudicadas (y otras, como contrapartida, beneficiadas... o alguien me va a decir que si los océanos crecen un 10% la vida submarina no va a agradecer el cambio) y lo que parece casi seguro es que a nosotros nos cambiaría radicalmente la vida, la economía, etc.

No se por qué será, pero el tiempo, los años, la experiencia, me vienen distanciando cada vez y provocando cada vez más desilusiones con este tipo de organizaciones... y ni hablar de las de derechos humanos. Pero ese es otro tema.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Esta vez no voy a deleitarlos con una entrada punzante, incisiva, fresca, ocurrente, inteligente y genial, como los tengo acostumbrados.
Esta vez, deberán conformarse con una entrada, sencilla y modestamente, excelente y hasta ahí nomás.

Antes al colegio se iba desde PRIMERO hasta SÉPTIMO grado. Ahora, creo, se llega hasta el NOVENO.
El DÉCIMO también es conocido.
Al principio era en alguna gente. Después fue en casi toda la gente -de a pie-.
Después empezaron a fallar también algunas voces públicas -conductores, locutores, animadores, etc.-
Ahora, ya ni cuando se tiene tiempo como para pensarlo y escribirlo bien se los utiliza. Uno escucha publicidades grabadas en las que no les dan ni bola.
Y, lamentablemente, el último bastión, la última línea de defensa que quedaba -los locutores de actos y/o transmisiones oficiales- también fue derrotada y cayó en la tentación.
¿Alguien diría que está cursando el DOS año de la facultad?
¿Alguien diría "es la CINCO vez que te llamo"?
¿El límite está en undécimo, en el décimo quinto, en el nonagésimo octavo?
Y ahora los locutores oficiales anuncian que el pasado 17 de agosto, se conmemoraba el CIENTO CINCUENTA Y NUEVE aniversario de la muerte de San Martín.
NOOOOOOOOOO SORETE. NO ES CIENTO CINCUENTA Y NUEVE.... ES CENTÉSIMO QUINCUAGÉSIMO NOVENO ANIVERSARIO.

Me enferma que la gente no use, y ya no sepa usar, a los ordinales.
Una muestra más de la decadencia de nuestra gente y, por ende, de nuestra sociedad.

viernes, 4 de septiembre de 2009

La amistad entre el hombre y la mujer no existe.
Eso todos lo sabemos y no estoy descubriendo nada nuevo.

Pero, después de leer esta entrada en el blog de Juanita, me cerró el tema.
No tiene nada que ver el deseo sexual.
La amistad entre el hombre y la mujer no existe porque involucra a una mujer -ser incapaz de amigar o ser amigada.

Definitivamente, la amistad es cosa de hombres.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Sin arrepentirme de nada, puedo decir que hay una cantidad de cosas que me hubiera encantado hacer antes, lugares que hubiera querido conocer, idiomas que aprender, cursos que tomar, etc.

Me equivoqué bastante en mi vida y recibí los golpes correspondientes.
Creo que la escasa "sabiduría" que adquirí hasta hoy se la debo mucho más a mis errores que a los aciertos.
Tal vez el mejor de los aciertos que tuve -y no desde siempre- fue el de estar abierto a estas enseñanzas.
Si bien fui muy cerrado a cualquier otro tipo de enseñanzas y por lo tanto tuve que hacer prueba y error, tuve que tocar el fuego para aprender que quemaba, cada golpe era bien asimilado.

Un tabique roto me enseñó a que cuando llega el momento de los bifes, es preferible tirar la primera mano.
Un amigo que ya no está me enseñó a usar el cinturón de seguridad.
El haber lastimado a gente querida me enseñó que es mucho más importante proteger los afectos que ganar una discusión.

Una de las cosas que más me enseñó en mi vida fue mi divorcio. Aprendí los por qué de muchas disposiciones legales en relación al matrimonio. Aprendí tanto de mi que me tomó unos cuantos años asimilar esas lecciones.

Durante años intenté forzar las cosas, situaciones, sentimientos, deseos, etc.
Llegó un punto en el que aprendí que no tenía sentido hacer eso.
Acto seguido apareció Dorta en mi vida.
Y desde ese día, todas las lecciones aprendidas en los 30 años anteriores empezaron a tener un papel relevante en mi vida.

Hablábamos de amor a las 2 semanas, y no me sentía presionado, no tenía ganas de salir corriendo (y eso que había corrido por charlas mucho mas banales).
A los 3 meses, empezamos a planear el viaje de nuestras vidas, que tendría lugar 6 meses después.
Cuando llegamos, vino la convivencia.
Las reformas a la casa.
El otro viaje.
La mudanza.
Las ganas de un Dortit@

En estos más de 2 años y medio hice un montón de cosas que nunca pensé que haría, y todas fueron buenas, lindas, creativas, libres, etc.
En este tiempo, jamás borré un mensaje, un mail o una llamada. Y jamás me los controlaron o controlé yo los de ella.
En este tiempo, hice programas con mis amigos, armé viajes con ellos y los vi como cuando y cuanto quise, sin dar explicaciones.
También aprendí lo que era la convivencia (prácticamente no había convivido con nadie antes).

Principalmente, me di cuenta de que una de las lecciones más importantes que había aprendido en la vida, me servía más para no ponerla en práctica que para usarla. Esto es que uno no tiene que depender de que su mujer no sea garca.
Después de mi divorcio empecé terapia justamente por eso, no quería depender de encontrar una "buena mina" para no sufrir.
Una vez que aprendí a "defenderme" encontré a la mejor.

Desde que estoy con ella he visto pasar culos más lindos, pechos más turgentes, labios más carnosos y miradas más lascivas.
He visto oportunidades he declinado propuestas.
No pretendo un monumento por ello, y no me porté "bien" porque no quería arriesgar mi relación con Dorta. Me porté bien porque quise hacerlo, porque lo hice también en situaciones que suponían riesgo cero.

Esos años de soledad, de aprendizaje, de probar, de vivir me enseñaron que el pacer de un buen polvo dura lo que un pedo en una canasta -o, como suele decirse, dura lo que dura dura-.
En esos años también aprendí que las fantasías que uno puede hacerse sobre determinada mujer o situación, pocas veces tienen su correlato en la realidad.
Claro que me gustaría empomarme a una modelo/actriz (pongan el nombre que quieran), pero la verdad es que elijo una y mil veces, después de laburar todo el día, de cenar con amigos, meterme en la cama despacito, cuchareando a Dorta y ver cómo sonríe y se le ilumina el rostro de saber que llegué a casa y dormirme así.

Desde que empecé con Dorta aumenté 8 kilos (estaba bastante flaquito antes), pero en el medio, dejé de fumar.
Y si bien estamos ya trabajando para bajar esta butifarra, hoy soy feliz de no necesitar estar flaco para "ganar", y estoy feliz de fumar un gracioso con Dorta, matarnos de risa de cualquier cosa y compartir un buen plato de ravioles mientras nos miramos y nos acusamos de estar cultivando buzardas.

Hay cosas que el dinero no puede comprar